domingo, 18 de abril de 2010

Acerca de la moralidad

"...son falsos todos los sistemas morales que sitúan la esencia de la moralidad en la consecución de un último fin, que no sea Dios: así el eudemonismo o utilitarismo que sitúa el último fin de la vida en el bienestar terreno del hombre, e, igualmente, quienes lo ponen en la autoperfección del hombre, sea como individuo o como colectividad. Se incluyen aquí desde el hedonismo al marxismo, pasando por todas las éticas mundanas que ponen como fin del hombre, la elevación de la vida, el progreso cultural, etc."

lunes, 12 de abril de 2010

La Filosofía de la proclamación del ser y III

- No nos negarás, Jhonatan, que tu jefe tiene un exquisito gusto.
- Si solo fuera eso, sentenció, con un aire semejante al de Manuel cuando recién llegamos. Se hace necesario no olvidarlo ni en los más mínimos detalles; más aún, es imposible hacerlo ya que está en todos. Si ustedes lo conocieran personalmente tal vez olvidaran a continuación que aquí cada cosa tiene su nombre. Aquel pasillo es él; y ese cortinaje. Además, la disposición de esos muebles; y la forma en que esa arboleda acompaña el paisaje; y el encuadre de este ventanal de manera que nadie se pierda la puesta de sol… Les aseguro que el dueño no solo tiene buen gusto -es poco decirlo así- sino la absoluta capacidad de dejar su impronta en cuanto diseño.
Conforme lo íbamos escuchando sentíamos algo así como el fuerte deseo de pertenecer a todo este mundo, al mismo tiempo que el enervante temor de tener que dejarlo. Se lo dijimos.
- Nadie los ha echado, nos consoló.
- ¿Qué más podemos saber?, inquirimos expectantes.
- Que no es de ustedes y que al mismo tiempo fue hecho para ustedes.
La revelación nos desconcertó.
- ¿No sabían que la invitación consistía en admitirlos y no solo en asombrarlos? Muchas veces he oído decir a voces autorizadas que cuantos son invitados necesitan sentirse involucrados para comprender esta maravilla. No niego que una previa explicación se hace casi necesaria, pero… ¿no es caso evidente que todo esto, todo, es excesivo para uno solo? Más aún, ¿no es previsible que quien tuvo la capacidad de crear todo lo que ven tuviera también la disposición de compartirlo?
Vino fuertemente a nuestra imaginación el mundo en que vivimos, diríase más bien el mundo por el que solemos pasar sin involucrarnos. Su dueño no lo creó para sí. Tuvo la pretensión de compartirlo, siempre y cuando aceptáramos el reto de responsabilizarnos de su maravilla. Pero sobre todo, que tuviéramos el sentido común de entender su presencia en cada elemento de su creación. En cambio, no sabemos distinguir al hacedor de su obra y al mismo tiempo no reconocemos su obra como nuestra. ¿Hasta cuándo?
Per ardorem caritatis datur cognitio veritatis

sábado, 10 de abril de 2010

La Filosofía de la proclamación del ser II

- No tenemos palabras suficientes para alabar esta maravilla.
- Ojalá fuera solo alabarla, nos confió.
Durante las siguientes tres horas, que se pasaron sin darnos un mínimo respiro, Manuel pudo reseñarnos lo básico de la estructura de la finca, de sus alrededores, de sus dependencias, etc.; pero no supo, o no quiso, decirnos nada acerca de quién o quiénes la diseñaron, proyectaron y construyeron.
- No es parte de mi oficio, alegó. Sin embargo, tienen ustedes a Samuel, el jardinero, que trabajó muy de cerca con los diseñadores de los parques y jardines.
Como convocado por el deseo, Samuel se acercó apareciendo de entre unos árboles. Sonrió también, como habituado a merodeadores furtivos aunque inofensivos que quieren saberlo todo.
- Pero, los lagos, terminó diciéndonos después de habernos iluminado con sus descripciones maravillosas. Deben ustedes acercarse a los lagos. Si quienes acondicionaron las arboledas y alamedas tenían un estupendo gusto, los que debieron poner a punto las aguas de fuentes, riachuelos y lagos…Allí encontrará a David, el responsable del agua de estos predios.
Con David pudimos estar hasta el atardecer; un atardecer que presagiaba la noche más plácida que hubiéramos podido imaginar. Nos explicó el sistema de riego de jardines; las conexiones de las interminables fuentes; el perfecto equilibrio de las aguas de cascadas y lagos…Y por fin nos habló de la ingeniería que hubo de elaborarse para conseguir esa maravilla. Pero tampoco fue específico al darnos a conocer a sus autores. Se hizo necesario preguntar directamente, cosa que no era sencilla ni con Manuel, Samuel o David.
- Los nombres son lo de menos, ¿no creen? Lo que importa es el genio de quien creó el conjunto; en definitiva, del dueño. Pareciera que ninguno de ustedes ha pensado que quien proyectó todo fuera al mismo tiempo el dueño.
Lo suponíamos obvio, aunque después de pensado tampoco lo era. Ahora nos parecía necesario preguntárnoslo. Sin embargo debimos esperar a que Jhonatan, el administrador, tuviera a bien mostrarnos la “casa”. ¿Cómo llamarla simplemente así, casa, sin intentar recurrir a otra terminología -castillo, mansión, finca- si no hubiera sido porque el mismo Jhonatan nos mostrara la calidez de los ambientes, más propio de un hogar que de unas dependencias?
Sucede que cuando comienzas a familiarizarte con la decoración de los interiores, los muebles, los pequeños detalles de buen gusto de quien dispuso estos cuadros, y esta consola, y este bargueño, etc., empiezas a preguntarte en serio por el dueño.

jueves, 8 de abril de 2010

La Filosofía de la proclamación del ser I


Hemos llegado a una extraordinaria mansión. Nos fue comunicado que estaban esperando por nosotros y en cuando pudimos, emprendimos el viaje. Casi ni nos hemos enterado: todo ha sido como en un abrir y cerrar de ojos. Pero de pronto, la mansión se ha “materializado” ante nosotros. Conforme nos hemos ido acercando, hemos visto extasiados la enorme extensión de bosques que rodean la finca. Después, hemos recorrido con la mirada lo que debiéramos llamar la fachada de la casa. Pero nos parece inadecuado el término. Se trata más bien de un conjunto de pórticos, patios, torres y alamedas que conducen a diversos espacios armónicos y complementarios. 
¿Cómo describir brevemente lo que, sin embargo considero apresurado calificar? La belleza del conjunto es indescriptible y, sin embargo, es posible medirla y sopesarla. Requerirá, no obstante un tiempo considerable ya que se trata, a mi parecer, de una ardua tarea: los espacios que hay que recorrer, las dimensiones que hay que comprobar, las comparaciones relativas pero reales que hay que establecer…Tal parece que mientras vayamos realizando esta labor iremos descubriendo misterios escondidos que a simple vista no pueden ni siquiera intuirse.

Una pregunta hay que se perfila cada vez más claramente en la inteligencia: quién y qué clase de artista ha diseñado este conjunto. En todo caso, cabe averiguar si se ha tratado más bien de todo un equipo de artistas: diseñadores, arquitectos, ingenieros… Tal vez nunca lo hubiésemos sabido de no haber sido por la irrupción en nuestro espacio de Manuel, el Mayordomo. De improviso, emergió su figura solemne y grave aunque acogedora. Nos saludó. Esperó una explicación de nuestra presencia que, por otro lado, parecía ya conocer. Sonrió mientras buscábamos en la imaginación el mejor modo de entablar la conversación más oportuna. Hasta que dijimos: