lunes, 19 de diciembre de 2011

Chesterton, hoy.

Copio: "La Navidad, que en el siglo XVII tuvo que ser rescatada de la tristeza, tiene que ser rescatada en el siglo XX de la frivolidad, que es el intento de alegrarse sin nada de lo que alegrarse. Que se nos diga que nos alegremos el día de Navidad es razonable e inteligente, pero solo si se entiende lo que el mismo nombre de la fiesta significa. Que se nos diga que nos alegremos el 25 de diciembre es como si alguien  nos dijera que nos alegremos a las once y cuarto de un jueves por la mañana. Uno no puede alegrarse así, de repente, a no ser que crea que existe una razón seria para estar alegre. 
Un hombre podría organizar una fiesta si hubiera heredado una fortuna; incluso podría hacer bromas sobre la fortuna. Pero no haría nada de eso si la fortuna fuera una broma. No se puede montar una juerga para celebrar un milagro del que se sabe que es falso. Al desechar el aspecto divino de la Navidad y exigir solo el humano, se está pidiendo demasiado a la naturaleza humana. Se está pidiendo a los ciudadanos que iluminen la ciudad por una victoria que no ha tenido lugar". No debo añadir nada sino aclarar que cito de un libro de Ayllón: "Ciudadano Chesterton, una Antropología escandalosa" (Ed Palabra, Madrid 2011)