miércoles, 29 de septiembre de 2010

Roma

A lo largo de los siglos, conocer ha sido el ideal de todos los hombres abiertos al espíritu. Para los católicos también. Pero estos desearon siempre conocer Roma para "ver a Pedro", objetivo de primera magnitud. Muchos lo han conseguido: estar en el centro de la cristiandad. Otros -la mayoría- han debido conformarse con acercamientos mediáticos, sobre todo en esta era de la comunicación y los medios. Para mí ha sido un "descubrimiento" una Guia de Roma -las habrá a decenas- que me ha parecido especialmente oportuna. Para el que viaja y para el que se debe conformar con la distancia. La aconsejo.
He querido hablar de esta Guia porque el espíritu católico -universal- empieza en Roma, continúa en Roma y acaba en Roma. Hablar desde este blog de las cosas que tienen alcance universal exige al menos un acercamiento a Roma. Nos vemos en la Ciudad Eterna.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

El tema fundamental

“Poner orden en nuestro mundo por nosotros solos, sin Dios, contando únicamente con nuestras propias capacidades, reconocer como verdaderas sólo las realidades políticas y materiales, y dejar a Dios de lado como algo ilusorio, ésta es la tentación que nos amenaza de muchas maneras.
Es propio de la tentación adoptar una apariencia moral: no nos invita directamente a hacer el mal, eso sería muy burdo. Finge mostrarnos lo mejor: abandonar por fin lo ilusorio y emplear eficazmente nuestras fuerzas en mejorar el mundo. Además, se presenta con la pretensión del verdadero realismo. Lo real es lo que se constata: poder y pan. Ante ello, las cosas de Dios aparecen irreales, un mundo secundario que realmente no se necesita.
La cuestión de Dios: ¿es verdad o no que Él es el real, la realidad misma? ¿Es Él mismo el Bueno, o debemos inventar nosotros mismos lo que es bueno? La cuestión de Dios es el interrogante fundamental que nos pone ante la encrucijada de la existencia humana” Ratzinger, Joseph: Jesús de Nazaret, Planeta 2007, pp 52-53