viernes, 7 de mayo de 2010

Asignatura pendiente

Hemos de reconocer que el hombre moderno tiene una enorme asignatura pendiente: enorme por su calidad, no por su extensión. Se trata del reconocimiento de su condición creatural, de su "ser creado". Por ejemplo, la libertad nos otorga en esta vida la posibilidad de hacer el bien y el mal, pero no de la misma manera: realizar el bien es la esencia y la perfección de la libertad; el mal, su degradación culpable. Como perfección creada, no puede consistir en la potestad de realizar un bien distinto de aquel a que Dios la mueve, pues en tal caso ya no sería una causa segunda, sino primera; sería creadora. ¡Y no lo es!