domingo, 29 de enero de 2012

Autoestima

Copio de un autor que no tiene pierde respecto de sus comentarios de antropología teológica: "El hombre moderno tiene una dificultad terrible para amarse a sí mismo.La profusión de obras de psicología sobre el desarrollo de la personalidad y la adquisición de la autoestima es un signo elocuente. Si tecleas en "autoestima" en Google (sitio de búsqueda en Internet) encontrarás la cifra de resultados: ¡1.400.000 páginas sólo en francés! Allí aparece lo mejor y lo peor. De ningún modo me inclino por un retorno a la cristiandad de la Edad Media, pero estoy convencido de que el hombre del siglo XIII no tenía tantos problemas para amarse a sí mismo. Aquellos hombres tenían la certeza de ser criaturas de Dios, pecadoras ciertamente, pero dignas de amor y de redención. Eran capaces de hacer grandes tonterías, pero creían en la posibilidad del rescate. En los siglos XVIII y XIX rechazaron a Dios con la ilusión de pensar que eliminarían de golpe la culpabilidad y que por el fin el hombre sería libre y feliz. Olvidaron una cosa: sin Dios, el hombre está solo para llevar el peso de sus desdichas, de sus miserias y de sus faltas. Si no hay Dios, tampoco hay misericordia ni perdón. El hombre de hoy está un poco condenado a triunfar en la vida, sin remisión posible en caso de fracaso. No puede absolverse a sí mismo, a pesar de los intentos que haga en ese sentido, incluso con un ejército de psicólogos que le libre de culpabilidad. La autoestima necesita un fundamento: la certeza de que, ocurra lo que ocurra, soy amado y puedo amar.Sólo Dios puede garantizar absolutamente esta certeza". Philippe, Jacques: LLamados a la vida, Madrid 2008, p. 100. Y añado yo: el mismo fundamento lo necesita el perdón a los demás, ese que tanta falta hace en la vida social contemporánea.

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