lunes, 8 de marzo de 2010

Bienvenidos

Son ahora múltiples los espacios de encuentro entre los hombres. Propiciar otro, ¿no es fomentar un cierto desorden? Pienso que no. Sobre todo cuando la intención de este espacio es muy específica. Es una sugerencia de Benedicto XVI en un reciente mensaje a los periodistas lo que motiva este espacio público.
En su momento, los israelitas construyeron el Templo, siguiendo expresas indicaciones del Dios de Jacob, de manera que existiera un Patio al que los Gentiles pudieran acceder para conversar, indagar, conocer el mensaje revelado.
Destruido el Templo es siempre posible construir otro, virtual, para que quienes deseamos continuar el diálogo abierto por Dios mismo entre los hombres, gocemos de un espacio amable, cordial en el que sin antagonismos, nos demos a conocer unos a otros cuánto hemos descubierto acerca de la trascendencia. Está hecho el "capello", como se dice en Italia para invitar a inagurar el Patio y su espíritu.
Por mi parte debo añadir simplemente que me mueve el deseo de volver a anunciar: "Si supieras quién es el que te dice "dame de beber", tú le pedirías agua a Él..."

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